Maria

Maria
POETA

lunes, 29 de junio de 2015

'Miedo' Va de cuento...


Estaba junto al brasero escuchando la radio,
 (aun no había televisión) estaban dando una noticia horrible.
Andaba suelto un misterioso y sanguinario asesino, que desde el lunes,
era sábado, había estado descuartizando- luego de haberles sacado los ojos 
y arrancado la lengua mientras aun estaban vivas- a una mujer cada noche. 
y al día siguiente, cuando oscurecía, salía de caza y se iba acercando a donde
- sin ella imaginarlo- le aguardaba su próxima victima. Iba dejando envueltos
en un papel, los trozos de la última desgraciada en los contenedores por donde
iba pasando, mientras que, de vez en cuando, murmuraba algo entre dientes.
La mujer, que vivía acompañada por su gato y la radio, sintió un escalofrío. 
Solo de imaginárselo le parecía que el corazón se le iba a salir por la boca.
 De pronto, allá a lo lejos, le pareció que se oigan unas sigilosas pisadas. 
Entreabrió la ventana, lo justo para que le cupiese la cabeza 
y al mirar, un grito ahogado se le escapo. 
Parecía como si su organismo se hubiese vuelto loco, 
las sienes le golpeaban en la cabeza, el pulso latía frenéticamente, 
mientras el pecho parecía que le iba a estallar. A lo lejos se veía a un hombre 
que se acercaba lentamente, ¿sería él? Se había parado junto a un contenedor, como
si fuera a tirar algo en el y luego de unos segundos, que a ella le parecieron horas, 
 retomo su lento caminar hacia la mujer que le pareció oír su voz, tenue, 
lejana, pero aun en la distancia la pudo oír, y se le erizo la piel. 
Ese murmullo le hizo imaginar lo que se le venía encima
Todo su cuerpo temblaba mientras el se iba acercando, mas y mas… 
¡Otra vez estaba junto a otro contenedor! y se oiga mejor el murmullo de su voz. 
Eulalia, que así se llamaba la mujer, empezó a tambalearse como una hoja al viento. 
Su cara se le quedo blanca como el papel de fumar y un sudor frío le empapo todo el cuerpo… 
Su respiración se hizo escasa, entrecortada y todo le empezó a dar vueltas, 
hasta que como fulminada por un rayo, cayó sin vida al suelo.
Luego solo se oía la radio y maullar al gato lastimosamente
Minutos después, se oyó gritar en la calle…
¡¡Las once en punto y sereno!!

María Sena
17/06/2015


2 comentarios:

  1. Pues me has hecho pasar miedo a mí también. Pobre mujer el terror que tuvo que pasar.Besicos

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    1. jajajaja...El miedo querida amiga, es la peor de las enfermedades.¡Gracias por estar siempre ahí! te lo agradezco con el alma Amable Chelo.

      Besicos.

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