¡ Ante nadie se arrodillara !
Cuando te conocí...¡ que alegría !
Mi alma temblando se sonreía
presentía que el gozo sería eterno
pero..un relampago trajo al trueno
Los colmillos de las circunstancias
destrozaron todos mis esperanzas
Los gritos del alma mi boca acallan
lagrimas ardientes mis ojos niegan
La amenaza del tiempo entre sombras
golpea a mi alma que no se doblega
¡ Ella nunca fue vencida, ni hoy lo sera !
¿ Que lo agrio del desamor la doblegara ?
¡ No, siempre la única dueña de si, sera !
A ella... ni el traidor azar la cambiara.
Podrán los relampagos el cielo desgarrar,
mas el temple de mi ser no podrán derrotar
Solo yo soy la dueña, de mi cansada alma.
¡ Es lo único que no me han podido quitar !
María sena
17/07/ 2012
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